miércoles, 22 de septiembre de 2010

Trastorno afectivo estacional



Se refiere a episodios de depresión que ocurren cada año durante el otoño o el invierno. Los síntomas mejoran en la primavera o el verano.

El trastorno puede comenzar en la adolescencia o principios de la adultez y, como cualquier otra forma de depresión, ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres.

La mayoría de las personas que padecen "depresión de invierno" o "claustrofobia" no tienen trastorno afectivo estacional (TAE). Las personas que viven en lugares con largas noches de invierno no necesariamente son más propensas a padecer este trastorno.

Se desconoce la causa de este trastorno, pero se cree que está relacionada con muchos factores como:

  • La luz ambiental
  • La temperatura corporal
  • La regulación hormonal

Existe una forma rara que ocurre en el verano.

Los síntomas generalmente se intensifican gradualmente a finales del otoño y en los meses de invierno.

  • Depresiones en las tardes con disminución de la energía y la concentración
  • Aumento del apetito con aumento de peso (la pérdida de peso es más característica de otras formas de depresión)
  • Aumento del sueño y somnolencia diurna excesiva (los problemas para dormir son más característicos de otras formas de depresión)
  • Falta de energía y pérdida de interés en el trabajo y otras actividades
  • Movimientos lentos, perezosos, letárgicos
  • Aislamiento social
  • Tristeza e irritabilidad

Como en otros tipos de depresión, los antidepresivos y la psicoterapia pueden ser efectivos.

Hacer caminatas largas durante las horas del día y hacer ejercicio pueden mejorar los síntomas. Manténgase activo socialmente, incluso si esto implica algún esfuerzo.

La fototerapia utilizando una lámpara especial con una luz brillante y fluorescente (10.000 lux) para simular la luz del sol también puede servir.

  • Siéntese a unos pies de distancia de la caja de luz durante aproximadamente 30 minutos cada día, preferiblemente temprano por la mañana, para simular la salida del sol. Un mejoramiento en los síntomas de depresión debe ocurrir al cabo de 3 a 4 semanas si la fototerapia va a ayudar.
  • Los efectos secundarios incluyen fatiga ocular y dolor de cabeza. La gente que toma fármacos que los hacen más sensibles a la luz, como ciertos medicamentos para la psoriasis, antibióticos o antipsicóticos, deben evitar la fototerapia. Se recomienda un chequeo con el oftalmólogo antes de comenzar el tratamiento.

Comúnmente, los síntomas mejoran por sí solos con el cambio de las estaciones.


sábado, 18 de septiembre de 2010

El elefante encadenado- J.Bucay


Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
–Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a sus destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad... condicionados por el recuerdo de «no puedo»...
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón...

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Sufre usted crisis de pánico? -Segun el Dr. Oscar R. Carrión



Las crisis de pánico son: espontáneas e inesperadas; y simulan ser una crisis cardíaca. Por lo general son recurrentes transformándose en un Trastorno afectando toda la calidad de vida y complicándose con Agorafobia (miedo a alejarse de su hogar). Este tipo de crisis o ataques se observan en personas que sin duda están previamente predispuestas a sufrir y que llegan a sumar 30 de cada 100 habitantes de una población normal. En éstas personas PREDISPUESTAS, cuyo sistema nervioso de alerta funciona predominantemente sobre otros. Se produce un día un HECHO DESENCADENANTE, que puede ser de importancia como la muerte de un familiar o amigo querido, un susto, una descompostura, o también a veces un hecho banal como agacharse bruscamente o girar la cabeza. El problema es que a partir de ese HECHO DESENCADENANTE comienzan a repetirse síntomas inesperados como ser palpitaciones, angustia respiratoria, sensación de falta de aire u ocupación de cabeza, mareos y transpiraciones.

A veces, luego de un tiempo de transcurridos los síntomas y EN OTROS CASOS EN FORMA BRUSCA Y DIRECTA comienza a aparecer las CRISIS DE ANSIEDAD INESPERADA O PANICO. Aquí el paciente comienza con los síntomas descriptos, dolor de pecho, angustia y fuerte miedo o terror que lo paraliza, que le hace solicitar el auxilio de su familia, huir o refugiarse en cualquier lado con un temor a hacer el ridículo delante de otros y un particular miedo de volverse loco o perder el control. Si las crisis son muy intensas o en personas particularmente predispuestas pueden producirse sensaciones de DESREALIZACION o sea sentimientos de extrañeza, como que el entorno, las cosas o aún el rostro de los familiares cambia, o en otras se siente el cambio del propio cuerpo, del rostro, fenómeno descripto como DESPERSONALIZACION.

En general las crisis son breves, no pasan de 10 a 20 minutos pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día en algunos casos. Durante las crisis se producen un sinnúmero de reacciones del sistema nervioso vegetativo pudiendo demostrarse según las personas crisis de aceleración cardíaca, dificultad respiratoria, picos de hipertensión arterial, dolores de estómago, urgencias de micción, mareos, vértigo, o sudoración como ya vimos. En una parte de los casos MAS FRECUENTEMENTE EN LAS MUJERES comienza a desarrollarse paulatinamente una expectativa ansiosa de temor a sufrir las crisis, un miedo a sufrir ataques sobre todo en público y hacer un mal papel delante de otros. Este síntoma llamado AGORAFOBIA va confinando paulatinamente a los pacientes a sus domicilios o en casos graves a sus habitaciones. El paciente deja de salir SOLO a la calle con gran temor a descomponerse y si se ve precisado a hacerlo va pasando por POSTAS o lugares de seguridad donde pueda refugiarse en caso de sobrevenir el "ATAQUE".

Si es forzado a concurrir a un restaurante, cine o lugar público se siente cerca de la puerta o del baño para poder huir y refugiarse sin ser vistos. Generalmente su vida se transforma en un DRAMA, su calidad de vida y la de su familia caen notablemente, perdiendo su rendimiento laboral. A esto hay que agregarle la total incomprensión familiar, ya que, a lo sumo, como lógico, consultan al médico, quién al no estar al tanto del problema, o bien le quita importancia, o bien realiza un diagnóstico del síntoma y basa en ello su tratamiento. Hay entonces pacientes que así transcurren 20 o 30 años de su vida en un estado de verdadera parálisis con total dependencia de un familiar o evitando movilizarse a ningún lado privándose de su libertad y del disfrute normal de su vida, cuando no sometido por años a tratamientos por supuestos problemas crónicos como hipertensión, trastornos digestivos o de otra índole. Pero el peor de los problemas es que indefectiblemente el problema fóbico crónico termina en DEPRESION, llamada por ello SECUNDARIA con alto riesgo incluso de suicidio. Encima el paciente, que no encuentra alivio ni comprensión a su padecimiento crónico cae a veces en la práctica de ALCOHOLISMO ya que observa con las primeras ingestas de bebida alcóholicas que sus síntomas mejoran a veces notablemente. Claro que al pasar el efecto del alcohol deben entonces ser aumentadas progresivamente para lograr los mismos efectos, cayendo entonces el paciente en un círculo vicioso que del que resulta muy difícil salir. Un problema similar ocurre con los psicofármacos cuando el paciente los toma mal, generalmente recomendados por alguna amiga o incluso por un médico que, al no conocer el cuadro de pánico los maneja inadecuadamente en dosis no correctas lo que en general agrava la situación. En otras, aún bien indicado por el profesional, el psicofármaco, víctima de los prejuicios ignorantes de personas no informadas, no es tomado adecuadamente por el paciente aún SIN informar a su médico quién se desespera por no obtener resultados creyendo fracasado el tratamiento. Se trata entonces de una enfermedad de múltiples causas, donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales secundarios. ¿Tiene entonces esperanzas un paciente FOBICO con estas características?. Claro que las tiene. El cuadro FOBICO ES UN PADECIMIENTO CRONICO PERO DE MUY BUEN PRONOSTICO. Tratado en forma adecuada va casi siempre seguido de remisión a veces espectacularmente inmediata, sobre todo si se emplean para ello determinados psicofármacos en forma adecuada. Pero esa remisión, debe en la mayoría de los casos de ser acompañados por otro tipo de tratamientos, sobre todo tratamientos grupales Cognitivos Comportamentales que permitan perder el miedo y repongan de la libertad al paciente.