Las crisis de pánico son: espontáneas e inesperadas; y simulan ser una crisis cardíaca. Por lo general son recurrentes transformándose en un Trastorno afectando toda la calidad de vida y complicándose con Agorafobia (miedo a alejarse de su hogar). Este tipo de crisis o ataques se observan en personas que sin duda están previamente predispuestas a sufrir y que llegan a sumar 30 de cada 100 habitantes de una población normal. En éstas personas PREDISPUESTAS, cuyo sistema nervioso de alerta funciona predominantemente sobre otros. Se produce un día un HECHO DESENCADENANTE, que puede ser de importancia como la muerte de un familiar o amigo querido, un susto, una descompostura, o también a veces un hecho banal como agacharse bruscamente o girar la cabeza. El problema es que a partir de ese HECHO DESENCADENANTE comienzan a repetirse síntomas inesperados como ser palpitaciones, angustia respiratoria, sensación de falta de aire u ocupación de cabeza, mareos y transpiraciones.
A veces, luego de un tiempo de transcurridos los síntomas y EN OTROS CASOS EN FORMA BRUSCA Y DIRECTA comienza a aparecer las CRISIS DE ANSIEDAD INESPERADA O PANICO. Aquí el paciente comienza con los síntomas descriptos, dolor de pecho, angustia y fuerte miedo o terror que lo paraliza, que le hace solicitar el auxilio de su familia, huir o refugiarse en cualquier lado con un temor a hacer el ridículo delante de otros y un particular miedo de volverse loco o perder el control. Si las crisis son muy intensas o en personas particularmente predispuestas pueden producirse sensaciones de DESREALIZACION o sea sentimientos de extrañeza, como que el entorno, las cosas o aún el rostro de los familiares cambia, o en otras se siente el cambio del propio cuerpo, del rostro, fenómeno descripto como DESPERSONALIZACION.
En general las crisis son breves, no pasan de 10 a 20 minutos pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día en algunos casos. Durante las crisis se producen un sinnúmero de reacciones del sistema nervioso vegetativo pudiendo demostrarse según las personas crisis de aceleración cardíaca, dificultad respiratoria, picos de hipertensión arterial, dolores de estómago, urgencias de micción, mareos, vértigo, o sudoración como ya vimos. En una parte de los casos MAS FRECUENTEMENTE EN LAS MUJERES comienza a desarrollarse paulatinamente una expectativa ansiosa de temor a sufrir las crisis, un miedo a sufrir ataques sobre todo en público y hacer un mal papel delante de otros. Este síntoma llamado AGORAFOBIA va confinando paulatinamente a los pacientes a sus domicilios o en casos graves a sus habitaciones. El paciente deja de salir SOLO a la calle con gran temor a descomponerse y si se ve precisado a hacerlo va pasando por POSTAS o lugares de seguridad donde pueda refugiarse en caso de sobrevenir el "ATAQUE".
Si es forzado a concurrir a un restaurante, cine o lugar público se siente cerca de la puerta o del baño para poder huir y refugiarse sin ser vistos. Generalmente su vida se transforma en un DRAMA, su calidad de vida y la de su familia caen notablemente, perdiendo su rendimiento laboral. A esto hay que agregarle la total incomprensión familiar, ya que, a lo sumo, como lógico, consultan al médico, quién al no estar al tanto del problema, o bien le quita importancia, o bien realiza un diagnóstico del síntoma y basa en ello su tratamiento. Hay entonces pacientes que así transcurren 20 o 30 años de su vida en un estado de verdadera parálisis con total dependencia de un familiar o evitando movilizarse a ningún lado privándose de su libertad y del disfrute normal de su vida, cuando no sometido por años a tratamientos por supuestos problemas crónicos como hipertensión, trastornos digestivos o de otra índole. Pero el peor de los problemas es que indefectiblemente el problema fóbico crónico termina en DEPRESION, llamada por ello SECUNDARIA con alto riesgo incluso de suicidio. Encima el paciente, que no encuentra alivio ni comprensión a su padecimiento crónico cae a veces en la práctica de ALCOHOLISMO ya que observa con las primeras ingestas de bebida alcóholicas que sus síntomas mejoran a veces notablemente. Claro que al pasar el efecto del alcohol deben entonces ser aumentadas progresivamente para lograr los mismos efectos, cayendo entonces el paciente en un círculo vicioso que del que resulta muy difícil salir. Un problema similar ocurre con los psicofármacos cuando el paciente los toma mal, generalmente recomendados por alguna amiga o incluso por un médico que, al no conocer el cuadro de pánico los maneja inadecuadamente en dosis no correctas lo que en general agrava la situación. En otras, aún bien indicado por el profesional, el psicofármaco, víctima de los prejuicios ignorantes de personas no informadas, no es tomado adecuadamente por el paciente aún SIN informar a su médico quién se desespera por no obtener resultados creyendo fracasado el tratamiento. Se trata entonces de una enfermedad de múltiples causas, donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales secundarios. ¿Tiene entonces esperanzas un paciente FOBICO con estas características?. Claro que las tiene. El cuadro FOBICO ES UN PADECIMIENTO CRONICO PERO DE MUY BUEN PRONOSTICO. Tratado en forma adecuada va casi siempre seguido de remisión a veces espectacularmente inmediata, sobre todo si se emplean para ello determinados psicofármacos en forma adecuada. Pero esa remisión, debe en la mayoría de los casos de ser acompañados por otro tipo de tratamientos, sobre todo tratamientos grupales Cognitivos Comportamentales que permitan perder el miedo y repongan de la libertad al paciente.
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