lunes, 25 de octubre de 2010

LO QUE EL CORAZON QUIERE, LA MENTE SE LO MUESTRA


Esta es una entrevista que La Vanguardia Digital le realizó al Dr. Mario Alonso Puig quien es Médico Especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo, Fellow de la Harvard University Medical School y miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.

Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. "Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando". Hay que entrenar esa mente



- Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar por su trayectoria.

- ¿Psiconeuroinmunobiología?

-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

- ¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

- ¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

- ¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

- ¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
- ¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

- Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretació n de la realidad.

- Más recursos...

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con transtornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

- ¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramon y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal: "Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

- ¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

- ¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

- ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

- La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

- Deme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

- Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

DR.MARIO ALONSO PUIG

viernes, 22 de octubre de 2010

EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO





Un joven concurrió a un sabio en busca de ayuda.

- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

- ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios problemas. Quizás después… Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

- E… encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas-.

- Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y su ayuda.


- Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir 2 ó 3 monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- ¡Qué importante lo que dijiste, joven amigo! -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.


El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

- Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

- ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.

- Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.


- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.


J.Bucay

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Trastorno afectivo estacional



Se refiere a episodios de depresión que ocurren cada año durante el otoño o el invierno. Los síntomas mejoran en la primavera o el verano.

El trastorno puede comenzar en la adolescencia o principios de la adultez y, como cualquier otra forma de depresión, ocurre con más frecuencia en las mujeres que en los hombres.

La mayoría de las personas que padecen "depresión de invierno" o "claustrofobia" no tienen trastorno afectivo estacional (TAE). Las personas que viven en lugares con largas noches de invierno no necesariamente son más propensas a padecer este trastorno.

Se desconoce la causa de este trastorno, pero se cree que está relacionada con muchos factores como:

  • La luz ambiental
  • La temperatura corporal
  • La regulación hormonal

Existe una forma rara que ocurre en el verano.

Los síntomas generalmente se intensifican gradualmente a finales del otoño y en los meses de invierno.

  • Depresiones en las tardes con disminución de la energía y la concentración
  • Aumento del apetito con aumento de peso (la pérdida de peso es más característica de otras formas de depresión)
  • Aumento del sueño y somnolencia diurna excesiva (los problemas para dormir son más característicos de otras formas de depresión)
  • Falta de energía y pérdida de interés en el trabajo y otras actividades
  • Movimientos lentos, perezosos, letárgicos
  • Aislamiento social
  • Tristeza e irritabilidad

Como en otros tipos de depresión, los antidepresivos y la psicoterapia pueden ser efectivos.

Hacer caminatas largas durante las horas del día y hacer ejercicio pueden mejorar los síntomas. Manténgase activo socialmente, incluso si esto implica algún esfuerzo.

La fototerapia utilizando una lámpara especial con una luz brillante y fluorescente (10.000 lux) para simular la luz del sol también puede servir.

  • Siéntese a unos pies de distancia de la caja de luz durante aproximadamente 30 minutos cada día, preferiblemente temprano por la mañana, para simular la salida del sol. Un mejoramiento en los síntomas de depresión debe ocurrir al cabo de 3 a 4 semanas si la fototerapia va a ayudar.
  • Los efectos secundarios incluyen fatiga ocular y dolor de cabeza. La gente que toma fármacos que los hacen más sensibles a la luz, como ciertos medicamentos para la psoriasis, antibióticos o antipsicóticos, deben evitar la fototerapia. Se recomienda un chequeo con el oftalmólogo antes de comenzar el tratamiento.

Comúnmente, los síntomas mejoran por sí solos con el cambio de las estaciones.


sábado, 18 de septiembre de 2010

El elefante encadenado- J.Bucay


Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.
El misterio es evidente:
¿Qué lo mantiene entonces?
¿Por qué no huye?
Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapa porque estaba amaestrado.
Hice entonces la pregunta obvia:
–Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?
No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:
El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
La estaca era ciertamente muy fuerte para él.
Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a sus destino.
Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre– que NO PUEDE.
Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad... condicionados por el recuerdo de «no puedo»...
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento todo tu corazón...

jueves, 9 de septiembre de 2010

¿Sufre usted crisis de pánico? -Segun el Dr. Oscar R. Carrión



Las crisis de pánico son: espontáneas e inesperadas; y simulan ser una crisis cardíaca. Por lo general son recurrentes transformándose en un Trastorno afectando toda la calidad de vida y complicándose con Agorafobia (miedo a alejarse de su hogar). Este tipo de crisis o ataques se observan en personas que sin duda están previamente predispuestas a sufrir y que llegan a sumar 30 de cada 100 habitantes de una población normal. En éstas personas PREDISPUESTAS, cuyo sistema nervioso de alerta funciona predominantemente sobre otros. Se produce un día un HECHO DESENCADENANTE, que puede ser de importancia como la muerte de un familiar o amigo querido, un susto, una descompostura, o también a veces un hecho banal como agacharse bruscamente o girar la cabeza. El problema es que a partir de ese HECHO DESENCADENANTE comienzan a repetirse síntomas inesperados como ser palpitaciones, angustia respiratoria, sensación de falta de aire u ocupación de cabeza, mareos y transpiraciones.

A veces, luego de un tiempo de transcurridos los síntomas y EN OTROS CASOS EN FORMA BRUSCA Y DIRECTA comienza a aparecer las CRISIS DE ANSIEDAD INESPERADA O PANICO. Aquí el paciente comienza con los síntomas descriptos, dolor de pecho, angustia y fuerte miedo o terror que lo paraliza, que le hace solicitar el auxilio de su familia, huir o refugiarse en cualquier lado con un temor a hacer el ridículo delante de otros y un particular miedo de volverse loco o perder el control. Si las crisis son muy intensas o en personas particularmente predispuestas pueden producirse sensaciones de DESREALIZACION o sea sentimientos de extrañeza, como que el entorno, las cosas o aún el rostro de los familiares cambia, o en otras se siente el cambio del propio cuerpo, del rostro, fenómeno descripto como DESPERSONALIZACION.

En general las crisis son breves, no pasan de 10 a 20 minutos pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día en algunos casos. Durante las crisis se producen un sinnúmero de reacciones del sistema nervioso vegetativo pudiendo demostrarse según las personas crisis de aceleración cardíaca, dificultad respiratoria, picos de hipertensión arterial, dolores de estómago, urgencias de micción, mareos, vértigo, o sudoración como ya vimos. En una parte de los casos MAS FRECUENTEMENTE EN LAS MUJERES comienza a desarrollarse paulatinamente una expectativa ansiosa de temor a sufrir las crisis, un miedo a sufrir ataques sobre todo en público y hacer un mal papel delante de otros. Este síntoma llamado AGORAFOBIA va confinando paulatinamente a los pacientes a sus domicilios o en casos graves a sus habitaciones. El paciente deja de salir SOLO a la calle con gran temor a descomponerse y si se ve precisado a hacerlo va pasando por POSTAS o lugares de seguridad donde pueda refugiarse en caso de sobrevenir el "ATAQUE".

Si es forzado a concurrir a un restaurante, cine o lugar público se siente cerca de la puerta o del baño para poder huir y refugiarse sin ser vistos. Generalmente su vida se transforma en un DRAMA, su calidad de vida y la de su familia caen notablemente, perdiendo su rendimiento laboral. A esto hay que agregarle la total incomprensión familiar, ya que, a lo sumo, como lógico, consultan al médico, quién al no estar al tanto del problema, o bien le quita importancia, o bien realiza un diagnóstico del síntoma y basa en ello su tratamiento. Hay entonces pacientes que así transcurren 20 o 30 años de su vida en un estado de verdadera parálisis con total dependencia de un familiar o evitando movilizarse a ningún lado privándose de su libertad y del disfrute normal de su vida, cuando no sometido por años a tratamientos por supuestos problemas crónicos como hipertensión, trastornos digestivos o de otra índole. Pero el peor de los problemas es que indefectiblemente el problema fóbico crónico termina en DEPRESION, llamada por ello SECUNDARIA con alto riesgo incluso de suicidio. Encima el paciente, que no encuentra alivio ni comprensión a su padecimiento crónico cae a veces en la práctica de ALCOHOLISMO ya que observa con las primeras ingestas de bebida alcóholicas que sus síntomas mejoran a veces notablemente. Claro que al pasar el efecto del alcohol deben entonces ser aumentadas progresivamente para lograr los mismos efectos, cayendo entonces el paciente en un círculo vicioso que del que resulta muy difícil salir. Un problema similar ocurre con los psicofármacos cuando el paciente los toma mal, generalmente recomendados por alguna amiga o incluso por un médico que, al no conocer el cuadro de pánico los maneja inadecuadamente en dosis no correctas lo que en general agrava la situación. En otras, aún bien indicado por el profesional, el psicofármaco, víctima de los prejuicios ignorantes de personas no informadas, no es tomado adecuadamente por el paciente aún SIN informar a su médico quién se desespera por no obtener resultados creyendo fracasado el tratamiento. Se trata entonces de una enfermedad de múltiples causas, donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales secundarios. ¿Tiene entonces esperanzas un paciente FOBICO con estas características?. Claro que las tiene. El cuadro FOBICO ES UN PADECIMIENTO CRONICO PERO DE MUY BUEN PRONOSTICO. Tratado en forma adecuada va casi siempre seguido de remisión a veces espectacularmente inmediata, sobre todo si se emplean para ello determinados psicofármacos en forma adecuada. Pero esa remisión, debe en la mayoría de los casos de ser acompañados por otro tipo de tratamientos, sobre todo tratamientos grupales Cognitivos Comportamentales que permitan perder el miedo y repongan de la libertad al paciente.

jueves, 10 de junio de 2010

DUELOS


El duelo es el conjunto de sentimientos, pensamientos, estados de ánimo, comportamientos y reacciones fisiológicas que vive el ser humano por alguna pérdida significativa

El duelo no es eterno, éste dura entre seis meses y un año y medio o dos; sin embargo puede prolongarse a una gran cantidad de años y esto puede suceder porque por alguna razón, la persona no se permite vivirlo expresando sus sentimientos, como llorar y enfrentar su coraje, su culpa. Hay que vivir el duelo para que no se convierta en enfermedad, para que no se vuelva un “duelo patológico”

RECOMENDACIONES PARA VIVIR EL PROCESO DE DUELO

-Permitirse estar de duelo: darse permiso de sentirse mal, de sentir el dolor, pues es el primer paso para recorrer este camino.

-Abrir el corazón al dolor: exteriorizar todas las emociones que aparezcan sin reprimirlas.

-Tomar en cuenta que recorrer el camino requiere tiempo: lo que verdaderamente puede ayudar es qué es lo que hace cada uno con el tiempo. Hay que vivir el día presente, pero también estar preparado para las recaídas que pudieran surgir.

-Ser amable con uno mismo: puede ser que después de un cierto tiempo, la gente comience a decir que ya debería uno sentirse mejor; hay que ser pacientes con uno mismo, no creyendo que ya es tiempo de sentirse mejor pues los tiempos son propios y diferentes en cada persona.

-No tener miedo de volverse loco: hay que vivir todos los sentimientos durante el duelo, aunque éstos sean muy intensos y a pesar de que otras personas aconsejen a uno “ser fuertes”.

-Aplazar algunas decisiones importantes: en estos momentos uno puede sentirse confundido incluyendo todos los sentimientos que acompañan al duelo, por esto es mejor tomar las decisiones importantes cuando ya uno se sienta mejor.

-No descuidar la propia salud: hay personas que se sienten tan mal, que se olvidan de su cuerpo. Debe uno estar pendiente de alimentarse bien y de no abusar del tabaco, ni del alcohol, ni de los medicamentos.

-Agradecer las pequeñas cosas: valorar las cosas buenas que se siguen teniendo o encontrando, sobre todo, los lazos familiares, amistades, terapeutas, sacerdotes.

-Animarse a pedir ayuda: permitir a los demás, estar cerca de uno aunque ellos no estén pasando por el mismo proceso, pues ellos lo que quieren es que uno se sienta bien y ayudar, aunque no sepan cómo hacerlo. No hay que quedarse esperando la ayuda, hay que animarse a pedirla.

-Procurar ser paciente con los demás: no tratar de complacer a las personas que con buena intención, intentan que uno olvide el dolor; es mejor apartarse discretamente de estas personas y estar cerca de quienes permiten a uno “estar mal” o desahogarse.

-Tener mucho descanso, algo de disfrute y una pizca de diversión: darse permiso y oportunidad de reírse, de hacer bromas, de disfrutar.

-Confiar en los recursos para salir adelante: acordarse de cómo uno solucionó situaciones arduas anteriores; no basta con esperar a que todo se vaya dando, uno también tiene que dar algunos pasos difíciles para reponerse.

-Aceptar lo irreversible de la pérdida: admitir la dolorosa realidad aunque sea lo más difícil que uno ha hecho en su vida. Algunas cosas que pueden ayudar son: hablar de la pérdida que se está viviendo, visitar el cementerio, conversar sobre las condiciones de la muerte.

-Ser consciente de que elaborar un duelo no es olvidar: el proceso del duelo permite darle un sentido a todo lo que se vivió con lo ausente.

-Aprender a vivir de nuevo: aprender a vivir de manera diferente, a vivir sin ese “algo” o “alguien” que ya no se tiene.

-Centrarse en la vida y en los vivos: soltar el pasado y ver las nuevas posibilidades que ofrece la vida. Lo muerto queda afuera, pero la vida continúa.

-Definir la propia postura ante la muerte: no significa que se tiene que coincidir con lo que otros piensan sobre la muerte, a cada uno corresponde aclarar su posición ante ella. Hay cinco temas que es necesario tener determinados: la identidad sexual, la posición filosófica, la relación con los padres, el proyecto de vida y la postura frente a la muerte.

-Buscar las puertas abiertas: a veces uno está tan ciego por el dolor que se siente, que no se da cuenta de las nuevas puertas que se abren y es importante ser conscientes de esto para estar abiertos a esas oportunidades que se presentan.

-Cuando ya se tenga una buena parte del camino recorrida, hablarles a otros de la propia experiencia: hay que compartir con otros que están recorriendo el camino del duelo, lo que uno aprendió cuando pasó por ello, pues esto es de gran ayuda para el doliente.

Jorge Bucay.

lunes, 24 de mayo de 2010

La pareja- J.Bucay




La pareja es un encuentro entre dos personas que deciden recorrer juntos un proyecto en común.

Con esto no alcanza para sostener el vínculo, así que hacen falta muchas más cosas.

Históricamente se fueron agregando cosas:
en un primer momento las parejas se aparejaban para conseguir compañía y después para el encuentro sexual;
después para tener exclusividad en el sexo;
después para asegurar el patrimonio;
después para construir una familia que educara a sus hijos.
Con el tiempo, para amar y ser amados y, después para ser felices.
Creo que hoy día la razón para estar en pareja debería ser más que esto, porque con estas razones no alcanza.
Hace falta también el deseo de crecer al lado del otro, desarrollarse al lado del otro. Creemos que la pareja es un trampolín maravilloso para este proyecto.

miércoles, 19 de mayo de 2010

TALLER. ANSIEDAD


El propósito del taller de ANSIEDAD, es facilitar un tiempo, un espacio y un trabajo dirigido a mejorar la relación con uno mismo.

Este taller vivencial, es una herramienta externa con la que podemos contar para descubrir nuestros propios recursos y nuestras propias herramientas internas. Es un generador de cambios.

Los talleres tienen una duración de 3 horas aproximadamente.

Como siempre les pedimos que reserven su lugar por este medio o por teléfono y que asistan unos minutos antes...

martes, 11 de mayo de 2010

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

La característica esencial del trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de un nivel de desarrollo similar (Criterio A).

Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención causantes de problemas pueden haber aparecido antes de los 7 años de edad. Sin embargo, bastantes sujetos son diagnosticados habiendo estado presentes los síntomas durante varios años (Criterio B).

Algún problema relacionado con los síntomas debe producirse en dos situaciones por lo menos (p. ej., en casa y en la escuela o en el trabajo) (Criterio C).

Debe haber pruebas claras de interferencia en la actividad social, académica o laboral propia del nivel de desarrollo (Criterio D).

El trastorno no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o trastorno de la personalidad) (Criterio E).


Las deficiencias de la atención pueden manifestarse en situaciones académicas, laborales o sociales. Los sujetos afectos de este trastorno pueden no prestar atención suficiente a los detalles o cometer errores por descuido en las tareas escolares o en otros trabajos (Criterio A1a).

El trabajo suele ser sucio y descuidado y realizado sin reflexión. Los sujetos suelen experimentar dificultades para mantener la atención en actividades laborales o lúdicas, resultándoles difícil persistir en una tarea hasta finalizarla (Criterio A1b).

A menudo parecen tener la mente en otro lugar, como si no escucharan o no oyeran lo que se está diciendo (Criterio A1e).

Pueden proceder a cambios frecuentes de una actividad no finalizada la otra. Los sujetos diagnosticados con este trastorno pueden iniciar una tarea, pasar a otra, entonces dedicarse a una tercera, sin llegar a completar ninguna de ellas. A menudo no siguen instrucciones ni órdenes, y no llegan a completar tareas escolares, encargos u otros deberes (Criterio A1d).

Para establecer este diagnóstico, la incapacidad para completar tareas sólo debe tenerse en cuenta si se debe a problemas de atención y no a otras posibles razones (p. ej., incapacidad para comprender instrucciones). Estos sujetos suelen tener dificultades para organizar tareas y actividades (Criterio A1e). Las tareas que exigen un esfuerzo mental sostenido son experimentadas como desagradables y sensiblemente aversivas.


En consecuencia, estos sujetos evitan o experimentan un fuerte disgusto hacia actividades que exigen una dedicación personal y un esfuerzo mental sostenidos o que implican exigencias organizativas o una notable concentración (p. ej., tareas domésticas o tareas de papel y lápiz) (Criterio A1f).

Esta evitación debe estar causada por las deficiencias del sujeto relativas a la atención y no por una actitud negativista primaria, aunque también puede existir un negativismo secundario. Los hábitos de trabajo suelen estar desorganizados y los materiales necesarios para realizar una tarea acostumbran a estar dispersos, perdidos o tratados sin cuidado y deteriorados (Criterio A1g).

Los sujetos que sufren este trastorno se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes e interrumpen frecuentemente las tareas que están realizando para atender a ruidos o hechos triviales que usualmente son ignorados sin problemas por los demás (p. ej., el ruido de un automóvil, una conversación lejana) (Criterio A1h). Suelen ser olvidadizos en lo que concierne a actividades cotidianas (p. ej., olvidan citas, olvidan llevarse el bocadillo) (Criterio AH).

En situaciones sociales, los déficits de atención pueden expresarse por cambios frecuentes en la conversación, no escuchar a los demás, no atender las conversaciones y no seguir los detalles o normas de juegos o actividades.

La hiperactividad puede manifestarse por estar inquieto o retorciéndose en el asiento (Criterio A2a) (no permaneciendo sentado cuando se espera que lo haga así) (Criterio A2b), por un exceso de correr o saltar en situaciones en que resulta inadecuado hacerlo (Criterio A2c), experimentando dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio (Criterio A2d), aparentando estar a menudo «en marcha» o como si «tuviera un motor» (Criterio A2e), o hablando excesivamente (Criterio A2f).

La hiperactividad puede variar en función de la edad y el nivel de desarrollo del sujeto; el diagnóstico debe establecerse con cautela en niños pequeños. Los niños pequeños y preescolares con este trastorno difieren de los niños pequeños normalmente activos por estar constantemente en marcha y tocarlo todo; se precipitan a cualquier sitio, salen de casa antes de ponerse el abrigo, se suben o saltan sobre un mueble, corren por toda la casa y experimentan dificultades para participar en actividades sedentarias de grupo en las clases preescolares (p. ej., para escuchar un cuento).


Los niños de edad escolar despliegan comportamientos similares, pero usualmente con menos frecuencia que los más pequeños. Tienen dificultades para permanecer sentados, se levantan a menudo, se retuercen en el asiento o permanecen sentados en su borde. Trajinan objetos, dan palmadas y mueven sus pies o piernas excesivamente. A menudo se levantan de la mesa durante las comidas, mientras miran la televisión o durante la realización de tareas escolares. Hablan en exceso y producen demasiado ruido durante actividades tranquilas. En los adolescentes y adultos, los síntomas de hiperactividad adoptan la forma de sentimientos de inquietud y dificultades para dedicarse a actividades sedentarias tranquilas.


La impulsividad se manifiesta por impaciencia, dificultad para aplazar respuestas, dar respuestas precipitadas antes de que las preguntas hayan sido completadas (Criterio A2g), dificultad para esperar un turno (Criterio A2h), e interrumpir o interferir frecuentemente a otros hasta el punto de provocar problemas en situaciones sociales, académicas o laborales (Criterio A2i).

Los sujetos afectos de este trastorno típicamente hacen comentarios fuera de lugar, no atienden las normas que se les dan, inician conversaciones en momentos inadecuados, interrumpen a los demás excesivamente, se inmiscuyen en los asuntos de los demás, se apropian objetos de otros, tocan cosas que no debieran, hacen payasadas. La impulsividad puede dar lugar a accidentes (p. ej., golpearse con objetos, golpear a otras personas, agarrar una cazuela caliente) y a incurrir en actividades potencialmente peligrosas sin considerar sus posibles consecuencias (p. ej., patinar en un terreno abrupto).


Las manifestaciones comportamentales suelen producirse en múltiples contextos, que incluyen el hogar, la escuela, el trabajo y las situaciones sociales. Para establecer el diagnóstico, se precisa que exista alguna alteración en por lo menos dos de tales situaciones (Criterio C).

Es muy poco frecuente que un sujeto despliegue el mismo nivel de disfunción en todas partes 0 permanentemente en una misma situación. Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas).

Los signos del trastorno pueden ser mínimos o nulos cuando la persona en cuestión se halla bajo un control muy estricto, en una situación nueva, dedicada a actividades especialmente interesantes, en una situación de relación personal de uno a uno (p. ej., en el despacho del clínico) o mientras experimenta gratificaciones frecuentes por el comportamiento adecuado. Los síntomas tienden a producirse con más frecuencia en situaciones de grupo (p. ej., en grupos de juego, clases o ambientes laborales). Por consiguiente, el clínico debe investigar el comportamiento del sujeto en distintas circunstancias dentro de cada situación.

lunes, 10 de mayo de 2010

UN POCO DE HUMOR SIEMPRE VIENE BIEN EN LA VIDA!!

COSAS QUE TODOS PRECISAN CONOCER ACERCA DE SU PSICOLOGO


-El PSICOLOGO duerme. Puede parecerle hasta mentira, pero su Psicólogo necesita dormir como cualquier otra persona. Sólo llame a su celular o al teléfono de la casa en caso de real emergencia, de lo contrario, llame a su consultorio.

-Su Psicólogo come. Parece increíble, pero es verdad. Necesita alimentarse y tiene adecuado un horario para hacerlo.

-Esta es quizás la más increíble de todas: su Psicólogo puede tener familia, y de hecho generalmente la tiene. Por eso debe y desea dedicarle tiempo y disfrutar de ella.

-También siendo el Psicólogo persona como cualquier otra, necesita descansar el fin de semana. El domingo a las 22 horas definitivamente no es un horario adecuado para hacerle una consulta o tener una recaída.

-El Psicólogo, como cualquier ciudadano, necesita dinero. ¡Esa sí que no se la esperaba!. Por eso no vaya a la consulta pensando en no pagarle, aunque parezca increible hay pacientes que preguntan: ¿y me va a cobrar?,

¡¡¡¡ pero si de eso vivimos y estudiamos, para trabajar !!!!

(¡A la tienda va uno sin dinero?, "bueno si pero con la tarjeta de credito").

Si es gentileza de su Psicólogo no cobrarle, manifiéstele como paciente su gratitud, el Psicólogo tiene ademas de necesidades gustos, regale un detalle. (hay pacientes que se hacen que no sabian, pues vayan enterandose)...

- su Psicólogo al igual que Usted en su casa, necesita realizar pagos de servicios como renta, teléfonos (celular y domiciliario), agua, luz, aseo, etc.

-Leer y estudiar también es trabajo. Trabajo serio. Por favor, pare de reírse, ¡ no es una broma !. Cuando un Psicólogo está concentrado en un libro nuevo o en una revista especializada se está actualizando como profesional, lo mismo cuando realiza un informe, por lo tanto está trabajando.

-De una vez por todas, vale aclarar definitivamente: el Psicólogo no es vidente, ni brujo, ni mago, no consulta el Tarot, ni tiene la bola de cristal. Si eso es lo que Ud. esperaba de él lamentamos defraudar su expectativa. Contrate un Paranormal o un Detective.

-En reuniones de amigos o fiestas de familia, su Psicólogo deja de ser “el Psicólogo” y reasume su condición de amigo o pariente. No le pida consejos, opiniones, etc. Él también tiene derecho a divertirse, Es incomodo e impropio que le consulten en una reunión social...

-El celular es una herramienta de trabajo. Por favor hable sólo lo necesario.

-Pedir lo mismo varias veces NO hace que su Psicólogo trabaje más rápido.

-Si el horario de trabajo es hasta las 19 horas, no significa que Usted puede llamar a las 18:58 horas.

Pregúntele por teléfono ¿puede contestarme Dr?, POR FAVOR UN POCO DE PRUDENCIA Y CONSIDERACION - que tal si está manejando, evacuando, comiendo, copulando, duermiendo, etc.....EL PSICÓLOGO ES HUMANO......

-Cuando el Psicólogo explica algo no lo bombardee con miles de preguntas. Por favor, escuche primero y pregunte después.

-El Psicólogo no inventó las frases “lo barato sale caro” ni “quien mal paga, paga el doble”. Pero está de acuerdo con ellas.

-Finalmente, el Psicólogo es también un hijo de la madre naturaleza y no de aquél en quien está Usted pensando.

Usted ha aprendido algunas cosas sobre el Psicólogo, compártalas con sus amigos, familiares y vecinos.

SU PSICÓLOGO, SE LO AGRADECERÁ.


domingo, 9 de mayo de 2010

LOS SUEÑOS EN TERAPIA GUESTALTICA.



En el Enfoque Gestáltico los sueños son vistos como proyecciones de la personalidad del soñante, de su campo experiencial; son partes de su experiencia que se encuentran enajenadas o no asimiladas y que se manifiestan en las imágenes oníricas como mensajes existenciales. Todos los elementos del sueño, así representen a otras personas, a ideas que no son propias o a lugares que no conocemos, se vinculan con nuestra experiencia; deben ser vistos como algo propio, como expresiones propias, que nos pertenecen, pero que se encuentran desgajadas de nosotros.

En consonancia con los principios y reglas de la Gestalt, el trabajo de sueños debe ser realizado en todo momento transfiriendo la responsabilidad por la develación de su significado al propio soñante, no asumiéndola el terapeuta mediante interpretaciones y comentarios "brillantes" que no sirven de nada.

En principio, debe adoptarse como axioma que sólo la persona que sueña es la única autorizada para saber, por sí misma, qué significan sus sueños. Toda otra interpretación desde fuera, al estilo freudiano, atenta contra el respeto que merece el paciente y lo ayuda poco.

Los sueños, al igual que toda experiencia, deben ser experimentados en lugar de explicados. El soñar en sí mismo es un proceso pasivo; los sueños "nos ocurren" y por ello permanecen separados de nosotros, como algo ajeno, sin saber que nos quieren decir y sin utilizar su energía. Por su propia naturaleza los sueños son evitaciones del contacto con lo que nos ocurre; son experiencias reprimidas, "inconcientes", que por diversos motivos no se constituyen en figuras mientras estamos despiertos. Al experimentarse los sueños, utilizando las diversas técnicas gestálticas, el rol pasivo que juegan cambia de giro, y se convierten en algo "que hacemos", pudiendo asumir nuestra responsabilidad por ellos.

Con el trabajo de sueños en Gestalt se persiguen por lo menos dos objetivos: 1) Facilitar que el paciente determine cuál es el mensaje existencial que conlleva su sueño, y 2) Reincorporar dicha experiencia enajenada a su personalidad.

Las técnicas utilizadas son las mismas que se usan comúnmente en la terapia grupal o individual: traer el sueño al presente y al aquí; narrarlo en primera persona , inicialmente tal y como ocurrió, y luego, en un segundo relato, centrándose en los diversos elementos que van apareciendo. El sujeto debe "ser" cada cosa que figura en su sueño. Si sueña con un mar agitado, pues él mismo debe ser el mar, su agitación, los peces que contiene, las algas, la arena, el cielo que lo cubre, las nubes..., sentirse como tales, representarlos, de tal modo que al actuarlos pueda acceder a su mensaje, entenderlos, ver de qué manera se asocian con su vida, e incorporarlos al sí mismo. El terapeuta se limita, primero, a contener sus ímpetus interpretativos y a escuchar con atención lo que se dice y, luego, a guiar al paciente por el sueño haciendo que se detenga en las partes que, según su experiencia, pueden ser importantes, para que las vivencie; en las Gestalten inconclusas que surgen en el relato; en lo que experimenta y, sobre todo, en lo que evita experimentar .

En todo momento se debe preguntar: ¿Qué sentís? ¿De qué te das cuenta? ¿Qué te recuerda ello? ¿Cómo se vincula tal o cual cosa con tu vida? ¿Qué evitas? ¿Con quién estás ahora? ¿Dónde estás?, etc., de tal modo que facilitemos el awareness del sujeto.

Finalmente, si hemos realizado un buen trabajo, sin interponer nuestras propias expectativas y deseos de descubrir "grandes asuntos" para sentirnos bien, en el proceso, "sin empujar el río" forzando las cosas, es muy probable que el cliente logre darse cuenta de algo constructivo para él y que facilitemos así su crecimiento.

No debemos desesperar si no logramos un gran "insight"; lo importante es que el sujeto ha reincorporado, en algún grado, su sueño -o mejor, la experiencia que contiene su sueño- a su persona; ha reasimilado su energía. Eso, de por sí, es terapéutico y muy valioso.

GRUPO EN TERAPIA GESTALTICA


El grupo

Toda relación en grupo enriquece, porque crecer, madurar, aprender, se da básicamente a través de la relación. Sea la pareja, la familia, los amigos o el ambiente de trabajo, son estas relaciones las que nos enseñan quienes somos, nos devuelven una imagen de cómo actuamos y qué provocamos en los demás.

Pero en este ambiente cotidiano también aparecen unos límites, digamos una protección para no enfrentarse a los mensajes de los otros que nos hacen daño emocional. Y esta protección es el límite para darse cuenta de quienes somos y cómo nos relacionamos.

Los grupos de terapia son ambientes nuevos donde trabajar esos límites, ampliar la conciencia de uno mismo, y desde esa conciencia cambiar las formas de relación problemáticas. Por lo general la relación problemática que primero hay que cambiar es con uno mismo.

Dentro del conjunto de técnicas grupales que se han mostrado eficaces en las dinámicas de grupo la Gestalt destaca por aportar una actitud en el modo estar y de conectarse con uno mismo. El énfasis en la toma de conciencia, el contacto a través de los sentidos, la vivencia del aquí y ahora, centrarse en la experiencia, en la propiocepción, en la emoción y en los actos, gestos, tics, posturas. Son elementos que apuntan a un aprendizaje, a un entrenamiento para reconocer mejor los mensajes del cuerpo, a diferenciar las fantasías de la realidad, a hacernos responsables de nuestras virtudes y deficiencias, reconociendo la distorsión de la realidad que produce nuestro carácter y las consecuentes limitaciones.

Definir un grupo como gestáltico es solo plantearse un objetivo, madurar emocionalmente. La palabra, el cuerpo y la emoción son los tres ejes a través de los cuales el grupo se relaciona y aprende.

sábado, 8 de mayo de 2010

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO


El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:

· Obsesiones: Son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo.

· Compulsiones: Son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma realista con lo que se pretende impedir o provocar o puede ser claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene placer en llevar a cabo esta actividad, aunque le procure un alivio de su tensión.

En las personas que sufren este tipo de desorden, el pensamiento aparece dominado por una idea intrusiva o secuencia de ideas, que buscan apagar con comportamientos rituales, casi siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de su trastorno, que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de culpa o de vergüenza.

· Las obsesiones y las compulsiones son una fuente significativa de malestar para el individuo o interfieren en su funcionamiento social.

· No debe confundirse con los desórdenes fóbicos.